La vulnerabilidad frente al carding: un problema real

Cuando tantas cosas se manejan de manera electrónica, es fácil estar expuestos a gran tipo de crímenes. Los más comunes, al hablar de entorno digital son: mal manejo de datos personales,  fraude o publicidad engañosa. Esto lleva a una experiencia nada agradable e innecesaria para el cliente y para las empresas. En este caso, se hablará del carding.

¿Qué es el carding?: concepto y riesgo de vulnerabilidad

El carding se refiere al uso no permitido de información de tarjetas de crédito y de datos personales. Este delito se comete a través del hackeo de la información de la tarjeta (ABC Tecnología, 2018).

El principal riesgo que conlleva el carding, es el uso de la información para hacer transacciones ilegales. Los datos no quedan en manos de una sola persona. Son vendidos a otras páginas web, blogs o entre bandas delincuenciales.

Las personas también son vulnerables al carding al perder de vista su tarjeta. Esto facilita que se copie la información con fotografía o manualmente. También, hay lectores que, con solo acercarlos a la billetera, pueden copiar los datos.

Esto lleva a hablar de la vulnerabilidad: todos somos vulnerables. Los riesgos de enfrentarse a este delito aumentan cuando el cliente hace todas las transacciones vía online. Generalmente, se permite a los exploradores guardar los métodos de pago y los números de tarjetas. Lo anterior quiere decir que, si el ordenador es hackeado, también toda esa información.

¿Cómo evitar ser víctima de carding? Consejos e ideas claves

Acá algunos consejos para evitar a toda costa ser víctimas de carding (Álvarez, 2019):

• No usar computadoras o redes públicas. Es muy importante que el usuario realice sus compras en la computadora o celular personal. Tampoco permitir que el administrador de contraseñas de esos ordenadores acceda o guarde la información.
• Revisar el estado de cuenta. Esto permitirá al usuario estar al tanto de todos los movimientos de cuenta. En caso de detectar fraude, podrá frenarlo a tiempo y recuperar su dinero.
• No perder de vista la tarjeta de crédito. Este es un riesgo alto de vulnerabilidad. Al realizar compras en establecimientos físicos, tener siempre cerca la tarjeta. Además, comprobar que el monto de la compra corresponda con el débito a la tarjeta.
• Aprender sobre qué es un https y cómo puede desproteger la información personal. El hackeo a los https es muy común. De ahí se obtienen las direcciones de uso de la tarjeta. Es una vía de acceso a información personal.
• Asesoría sobre los derechos del consumidor antes y al momento de ser víctima de algún tipo de fraude.

La tecnología ha cambiado inevitablemente la forma de ver el mundo. Nos relacionamos con el comercio de maneras diversas y, por ende, nos arriesgamos a ser víctimas de delitos y fraudes. Como por ejemplo, el carding. Por tal razón, el mejor consejo para no tener este tipo de inconvenientes es mantener la información personal como personal.